Sequedad Ocular: Causas, Síntomas y Tratamientos

Editorial

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La sequedad ocular es una afección que afecta a millones de personas en todo el mundo, caracterizada por una insuficiente producción de lágrimas o por la mala calidad de estas, lo que impide una adecuada lubricación del ojo. Esta condición puede ser temporal o crónica y, aunque a menudo es vista como una molestia menor, puede afectar significativamente la calidad de vida si no se trata adecuadamente.

Las lágrimas son esenciales para mantener la superficie del ojo suave, clara y protegida de infecciones. Cuando este equilibrio se altera, pueden surgir diversos síntomas y molestias. Esto puede causar síntomas como irritación, ardor, picazón, sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento, visión borrosa, fatiga visual y mayor sensibilidad a la luz.

¿Cuáles son los síntomas del ojo seco?

Los síntomas del ojo seco pueden variar de leves a severos y pueden incluir:

  • Sensación de ardor o picazón en los ojos.
  • Sensación de cuerpo extraño.
  • Enrojecimiento ocular.
  • Visión borrosa.
  • Sensibilidad a la luz.
  • Lagrimeo excesivo (paradójicamente, una respuesta del ojo al malestar de la sequedad).
  • Fatiga ocular.

Estos síntomas pueden empeorar en entornos con aire acondicionado, calefacción, viento o humo, así como después de largos períodos de tiempo frente a pantallas de computadora o dispositivos móviles. Si experimentas alguno de estos síntomas de manera persistente, es importante buscar atención médica para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Causas y factores de riesgo del ojo seco

Existen varias causas y factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo del ojo seco. Algunos de los más comunes incluyen:

  • Edad avanzada: A medida que envejecemos, es natural que la producción de lágrimas disminuye.
  • Género: Las mujeres tienen una mayor probabilidad de experimentar ojo seco, especialmente durante el embarazo y la menopausia, debido a los cambios hormonales.
  • Condiciones médicas: Enfermedades como la artritis reumatoide, lupus y diabetes pueden aumentar el riesgo de ojo seco.
  • Medicamentos: Algunos medicamentos, como los antihistamínicos, antidepresivos, y ciertos medicamentos para la presión arterial, pueden disminuir la producción de lágrimas.
  • Uso prolongado de pantallas: La exposición prolongada a pantallas de computadora y dispositivos electrónicos puede disminuir la frecuencia del parpadeo, lo que lleva a una evaporación más rápida de las lágrimas.
  • Condiciones ambientales: El viento, el aire acondicionado, la calefacción central y los lugares con baja humedad pueden contribuir a la sequedad ocular.

Tipos de Ojos Secos

El ojo seco puede clasificarse en varios tipos, dependiendo de la causa subyacente y los síntomas presentes. Algunos de los tipos más comunes incluyen:

  • Ojo seco evaporativo: Este tipo se produce cuando la capa lipídica de las lágrimas, que es responsable de reducir la evaporación, es deficiente. Como resultado, las lágrimas se evaporan más rápidamente, lo que lleva a la sequedad ocular.
  • Ojo seco acuoso: En este tipo, la glándula lagrimal no produce suficientes lágrimas acuosas para mantener el ojo lubricado adecuadamente.
  • Ojo seco mixto: Esta es una combinación de ojo seco evaporativo y acuoso.

Prevención del síndrome de ojo seco

Si bien el ojo seco puede ser una condición persistente, hay medidas que se pueden tomar para reducir su impacto y prevenir su desarrollo:

  • Parpadear regularmente: Recordarse a uno mismo que parpadee más a menudo puede ayudar a mantener la superficie ocular lubricada.
  • Descansar la vista: Tomar descansos regulares al trabajar en una computadora o leer puede reducir la fatiga ocular.
  • Mantener una buena humedad: Usar humidificadores en interiores puede ayudar a mantener un nivel de humedad adecuado en el ambiente, reduciendo así la evaporación de las lágrimas.
  • Limitar la exposición al aire seco y al viento: Si es posible, evitar ambientes con aire seco o ventoso puede ayudar a prevenir la sequedad ocular.
  • Usar lentes de contacto adecuadamente: Si usa lentes de contacto, asegúrese de seguir las instrucciones de limpieza y almacenamiento para evitar la sequedad y la irritación.

Tratamiento para la sequedad ocular

El tratamiento del ojo seco puede variar dependiendo de la causa subyacente y la gravedad de los síntomas. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

Lágrimas artificiales

Las lágrimas artificiales son gotas oftálmicas que se utilizan para humectar y lubricar los ojos cuando hay una deficiencia o una mala calidad de las lágrimas naturales. Estas gotas pueden contener diferentes componentes, como agua, sales minerales, conservantes, agentes viscosantes y sustancias que imitan las propiedades de las lágrimas.

Sin embargo, no todas las lágrimas artificiales son iguales ni tienen el mismo efecto en todos los casos. Por eso es importante consultar con un especialista antes de usarlas y elegir la que mejor se adapte a las necesidades de cada persona.

Algunos aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de elegir una lágrima artificial son:

La composición

Existen diferentes tipos de lágrimas artificiales según los componentes que contienen. Algunas son más acuosas y otras más viscosas. Algunas contienen conservantes y otras no. Algunas imitan las tres capas de la lágrima natural (acuosa, lipídica y mucínica) y otras solo una o dos.

La frecuencia

Algunas lágrimas artificiales tienen una mayor duración y permanencia en el ojo que otras. Esto implica que se puedan usar con menor o mayor frecuencia según el caso. Por ejemplo, las lágrimas más viscosas suelen durar más tiempo en el ojo que las más acuosas, pero también pueden causar más visión borrosa o molestias al parpadear.

La tolerancia

Algunas personas pueden ser alérgicas o sensibles a algunos componentes de las lágrimas artificiales, como los conservantes o los agentes viscosantes. Esto puede provocar reacciones adversas como irritación, picazón, enrojecimiento o inflamación.

Tapones lagrimales

Los tapones lagrimales son pequeños dispositivos que se colocan en los orificios por donde drenan las lágrimas desde el ojo hacia la nariz (puntos lagrimales). El objetivo es bloquear o reducir el flujo de las lágrimas para mantener una mayor cantidad y humedad en la superficie ocular.

Los tapones lagrimales se pueden usar en casos de sequedad ocular moderada o severa, cuando las lágrimas artificiales no son suficientes o no se toleran bien. También se pueden usar en casos de sequedad ocular causada por el uso de lentes de contacto o por cirugías refractivas como la LASIK.

Los tapones lagrimales pueden ayudar a mejorar los síntomas de la sequedad ocular, como la irritación, el ardor y la visión borrosa. Sin embargo, no son una solución definitiva ni tratan la causa de la sequedad ocular. Además, pueden tener algunos efectos secundarios o complicaciones, como:

  • Infección o inflamación en los puntos lagrimales o en el saco lagrimal.
  • Desplazamiento o expulsión del tapón lagrimal.
  • Obstrucción completa del drenaje lagrimal, lo que puede provocar un exceso de lágrimas o epífora.
  • Reacción alérgica o intolerancia al material del tapón lagrimal.

Luz pulsada intensa

La luz pulsada intensa (IPL, por sus siglas en inglés) es una técnica que consiste en aplicar pulsos de luz de diferentes longitudes de onda sobre la piel del párpado inferior. El objetivo es estimular las glándulas de Meibomio, que son las encargadas de producir la capa lipídica de la lágrima, que evita su evaporación y mantiene su estabilidad.

La luz pulsada intensa se debe aplicar por un oftalmólogo o un técnico especializado, previa evaluación del estado y funcionamiento de las glándulas de Meibomio. El procedimiento es sencillo, seguro y ambulatorio. No requiere anestesia ni preparación previa y tiene una duración aproximada de 15 minutos.

Sin embargo, la luz pulsada intensa no es una solución para todos los casos ni para todas las personas. No se recomienda su uso en personas con:

  • Enfermedades oculares activas o crónicas, como conjuntivitis, uveítis o glaucoma.
  • Enfermedades cutáneas activas o crónicas, como dermatitis, psoriasis o vitíligo.
  • Infecciones o heridas en la zona a tratar.
  • Cáncer de piel o antecedentes familiares.
  • Embarazo

Otros tratamientos para la sequedad ocular

Además de las soluciones que hemos mencionado, existen otros tratamientos para la sequedad ocular que pueden ser útiles en algunos casos. Algunos de ellos son:

  • Masajes y compresas calientes: consisten en aplicar calor y presión sobre los párpados para favorecer la salida del sebo de las glándulas de Meibomio y mejorar la calidad de la capa lipídica de la lágrima. Se pueden hacer en casa o en una clínica con dispositivos específicos.
  • Medicamentos: existen algunos fármacos que pueden ayudar a tratar la sequedad ocular, como los antiinflamatorios, los antibióticos, los inmunomoduladores, los esteroides o los suplementos nutricionales. Estos medicamentos se deben usar bajo prescripción y supervisión médica.
  • Cirugía: en casos muy severos o refractarios a otros tratamientos, se puede recurrir a la cirugía para corregir la causa de la sequedad ocular o para crear una reserva artificial de lágrimas.

Conclusión

La sequedad ocular es una afección común que puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Con una comprensión adecuada de sus causas, síntomas y opciones de tratamientos, es posible gestionar y reducir los efectos del ojo seco. 

Desde medidas de prevención simples hasta opciones de tratamiento más avanzadas, hay una variedad de enfoques disponibles para ayudar a aliviar el malestar y mantener los ojos sanos y cómodos. 

Si experimentas síntomas de ojo seco de forma regular, es importante buscar la orientación de un profesional de la salud ocular para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado.

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