¿Qué Es La Baja Visión?: Guía Completa

Editorial

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La baja visión es una condición que afecta a muchas personas en el mundo y que puede tener un impacto negativo en su calidad de vida, su autonomía y su autoestima. Sin embargo, existen formas de manejar la baja visión y de aprovechar el resto visual que se tiene para realizar las actividades cotidianas con mayor facilidad y seguridad.

En esta guía, te explicaremos qué es la baja visión, cuáles son sus causas y síntomas, su diagnóstico y tratamiento y qué recursos y estrategias puedes utilizar para adaptarte a tu situación y mejorar tu bienestar.

¿Qué es la baja visión?

La baja visión es una disminución de la capacidad visual que no se corrige con lentes aéreos, lentes de contacto, medicamentos o cirugía. Afecta a personas de cualquier edad, sexo, raza o condición social. Se considera baja visión cuando su agudeza visual es menor a 0,3 (o 20/70) en el mejor de los ojos, o su campo visual es inferior a 20 grados. 

Esto significa que la persona tiene dificultades para ver los detalles, los colores, los contrastes, las formas y los movimientos, y que no puede realizar algunas tareas visuales como leer, escribir, reconocer rostros, ver la televisión o conducir.

La baja visión no es lo mismo que la ceguera. Una persona ciega tiene una pérdida total de la visión, mientras que una persona con baja visión todavía tiene un resto visual útil que le permite percibir algunas imágenes, luces y sombras. La baja visión tampoco es un síntoma normal del envejecimiento, aunque es más frecuente en las personas mayores debido a la mayor incidencia de algunas enfermedades oculares.

¿Cuáles son las causas y los síntomas de la baja visión?

La baja visión puede tener diferentes causas, que se pueden clasificar en dos grupos: congénitas y adquiridas.

Las causas congénitas de labaja visión

son aquellas que se presentan desde el nacimiento o la infancia, y que pueden estar relacionadas con factores genéticos, infecciosos, traumáticos o ambientales. Como por ejemplo: albinismo,  aniridia, glaucoma congénito, catarata congénita, retinopatía del prematuro, retinosis pigmentaria, entre otras.

Las causas adquiridasde la baja visión

son aquellas que se desarrollan a lo largo de la vida, y que pueden estar asociadas con enfermedades sistémicas, oculares, vasculares, neurológicas o degenerativas, entre ellas, diabetes, hipertensión arterial, exposición solar, traumatismos, infecciones, tumores, glaucoma, la degeneración macular asociada a la edad, la oclusión vascular de la retina y la neuritis óptica.

Los síntomas más comunes de la baja visión son:

  • Disminución importante de agudeza visual de lejos y de cerca : limitación a leer, escribir, cocinar, usar pantallas, conducir
  • Dificultad para distinguir los colores, los contrastes, los bordes y los detalles.
  • Dificultad para adaptarse a los cambios de luz, o para ver en condiciones de poca o mucha iluminación.
  • Dificultad para reconocer rostros, expresiones, gestos y señales.
  • Presencia de manchas (escotomas), distorsiones,(metamorfopsias) halos, destellos (fotopsias).
  • Fatiga, dolor de cabeza, irritación, sequedad o enrojecimiento ocular.
  • Estrés, ansiedad, depresión, aislamiento, frustración, vergüenza o baja autoestima.

¿Cómo ve un paciente con baja visión?

Una persona con baja visión experimenta dificultades para ver incluso con la corrección óptica convencional, como anteojos o lentes de contacto. La baja visión puede deberse a diversas condiciones, como degeneración macular, glaucoma, retinopatía diabética, entre otras.

Los síntomas pueden variar según la causa y la gravedad de la baja visión, pero algunas características comunes incluyen:

  • Visión borrosa: La imagen que perciben puede ser borrosa o desenfocada, incluso con la ayuda de lentes.
  • Pérdida de nitidez: La capacidad de ver detalles finos y distinguir líneas puede estar comprometida.
  • Manchas o distorsiones: Algunas personas pueden experimentar manchas oscuras en su campo visual o distorsiones en las imágenes.
  • Dificultad para ver en condiciones de poca luz: La visión puede empeorar en entornos con poca iluminación.
  • Problemas de percepción de colores: Pueden tener dificultades para distinguir ciertos colores o matices.

Para ayudar a las personas con baja visión, se pueden implementar estrategias y dispositivos específicos, como lupas, telescopios, sistemas de aumento de texto, iluminación especializada, y tecnologías de asistencia, como lectores de pantalla y dispositivos con ajustes de contraste.

¿Cómo se diagnostica y se trata la baja visión?

Si has notado cambios en tu visión, debes consultar de inmediato a tu oftalmólogo.

Tu oftalmólogo hará un examen ocular completo que incluye:

  • Una revisión de tu historia médica y visual, y de tus antecedentes familiares.
  • Examen de agudeza visual y mejor agudeza visual corregida de lejos y de cerca
  • Examen de campo visual, que evalúa tu visión periférica y central, y detecta posibles defectos o escotomas.
  • Test de sensibilidad al contraste, que mide tu capacidad para distinguir los objetos de diferentes tonalidades de gris.
  • Test de de visión de colores, que verifica tu capacidad para identificar los colores 
  •  Biomicroscopía, que examina las estructuras externas e internas del ojo con una lámpara de hendidura 
  • Tonometría, que mide la presión intraocular 
  • Oftalmoscopía, previa colocación de colirios midriáticos para observar el fondo de ojo y evaluar el estado de la retina y el nervio óptico 
  • De ser necesario realizar estudios complementarios de tomografía de coherencia óptica (OCT), para estudiar en profundidad mácula.,
  • Angiografía fluoresceínica, que mediante la inyección de  un colorante en la vena del brazo permite detectar principalmente alteraciones vasculares.
  • Otras pruebas específicas según el caso, como la ecografía, la resonancia magnética, el electrorretinograma o la campimetría, entre otros.

El objetivo del tratamiento es potenciar el remanente  visual que se tiene, así como prevenir o retrasar el avance de la enfermedad ocular causante de la baja visión. 

¿Cómo se clasifica la baja visión?

La baja visión se clasifica según la agudeza visual y el campo visual del individuo. Aquí hay algunas de las categorías comunes de baja visión:

Baja visión moderada

  • Agudeza visual entre 20/70 y 20/160 con la mejor corrección posible.
  • Dificultad para realizar tareas visuales detalladas, como leer o reconocer rostros a distancias normales.

Baja visión severa

  • Agudeza visual entre 20/200 y 20/400 con la mejor corrección posible.
  • Necesidad de ampliación significativa para llevar a cabo actividades diarias.

Vision baja profunda o ceguera legal

  • Agudeza visual igual o inferior a 20/400 con la mejor corrección posible.
  • Requiere asistencia visual, como el uso de bastones blancos o perros guía, para desplazarse de manera segura.

Es importante tener en cuenta que la clasificación de la baja visión no solo se basa en la agudeza visual, sino también en la funcionalidad visual en diferentes situaciones.

¿Qué son las ayudas ópticas?

Son dispositivos que amplían y modifican las imágenes, logrando una mejoría en la calidad visual del paciente. Se clasifican en ayudas ópticas de aumento o de filtración. En el primer grupo se encuentran aquellas  que aumentan el tamaño de los objetos, como,lentes aéreoslentes de contacto, las lupas, los telescopios, los microscopios o los sistemas electrónicos.

En el segundo grupo estàn aquellas que mejoran el contraste, la definición, la claridad visual, como los lentes de sol, los filtros de color, los polarizadores o los antirreflejos.

¿Qué son las ayudas no ópticas?

Son dispositivos que facilitan la realizaciòn de las actividades cotidianas y le permiten adaptarse al medio que los rodea,en algunos casos potenciando otros sentidos como el tacto o la audiciòn por ejemplo, bastones, perros guìa, documentos en braille o en formato digital, etiquetas en los objetos, etc.

Rehabilitación Visual

Es un proceso de entrenamiento y adaptación que tiene como objetivo mejorar la funcionalidad, la independencia y la calidad de vida de las personas con baja visión Implica la participación de un equipo multidisciplinario, formado por oftalmólogos, optometristas, terapeutas ocupacionales, psicólogos, educadores, trabajadores sociales y otros profesionales, que evalúan las necesidades, los objetivos y las capacidades de cada persona, y diseñan un plan de intervención personalizado.

 La rehabilitación visual incluye:

  • La evaluación funcional de la visión, que consiste en medir el remanente visual que se tiene y cómo se utiliza en las diferentes situaciones y actividades.
  • La prescripción y el entrenamiento en  las ayudas ópticas y no ópticas, que consiste en seleccionar, adaptar y enseñar a usar los dispositivos más adecuados para cada caso y actividad.
  • El entrenamiento de las habilidades visuales, que consiste en desarrollar y potenciar las capacidades visuales que se tienen, como la fijación, la exploración, el seguimiento, la localización, el reconocimiento, la discriminación o la memoria visual.
  • El entrenamiento de las estrategias compensatorias, que consiste en aprender y aplicar técnicas y trucos que facilitan el uso de la visión, como el control de la iluminación, el contraste, la distancia, la posición, el tamaño, el color, el movimiento o el contexto.
  • El entrenamiento de la movilidad y la orientación, que consiste en adquirir y mejorar las habilidades para desplazarse y ubicarse de forma segura y eficiente, tanto en espacios conocidos como desconocidos, utilizando las ayudas y los recursos disponibles.
  • El entrenamiento de las actividades de la vida diaria, que consiste en practicar y dominar las tareas cotidianas que requieren visión, como la higiene personal, el vestido, la alimentación, la cocina, la limpieza, el ocio, el estudio o el trabajo.
  • El apoyo psicológico y social, que consiste en ofrecer orientación, asesoramiento, información y recursos para afrontar el impacto emocional, familiar, laboral y social de la baja visión, y para fomentar la autoestima, la confianza, la motivación y la integración.

¿Qué recursos y estrategias puedes utilizar para manejar la baja visión?

Manejar la baja visión implica utilizar una combinación de recursos y estrategias para mejorar la calidad de vida y facilitar la realización de actividades diarias. Aquí hay algunas sugerencias:

Ayudas visuales:

  • Lentes de aumento.
  • Lupas y dispositivos ópticos.
  • Filtros de contraste y lentes tintadas.

Tecnología asistencial:

  • Dispositivos de lectura de pantalla.
  • Software de ampliación y contraste en dispositivos electrónicos.
  • Aplicaciones móviles diseñadas para personas con baja visión.

Entrenamiento en movilidad y orientación:

  • Aprender a utilizar el bastón blanco o perro guía.
  • Conocimiento detallado de entornos y rutas frecuentes.

Adaptaciones en el entorno:

  • Iluminación adecuada con luces brillantes y sin sombras.
  • Contraste en la decoración y señalización del hogar o lugar de trabajo.

Apoyo psicológico y social:

  • Participar en grupos de apoyo para compartir experiencias.
  • Consejería para manejar emociones relacionadas con la pérdida de visión.

Educación continua:

  • Actualizarse sobre nuevas tecnologías y ayudas visuales.
  • Participar en programas de rehabilitación visual.

Apoyo educativo y laboral:

  • Solicitar adaptaciones en el lugar de trabajo o en el entorno educativo.
  • Conocer y ejercer derechos legales relacionados con la discapacidad visual.

Hábitos de salud:

  • Mantener una buena salud general para prevenir complicaciones.
  • Realizar exámenes oftalmológicos regulares.

Uso de lectura táctil y escritura adaptativa:

  • Aprender braille para la lectura y escritura.
  • Utilizar herramientas táctiles como regletas y punzones.

Aplicación de técnicas de memoria y organización:

  • Utilizar sistemas de etiquetado y organización en el hogar y en objetos personales.
  • Desarrollar habilidades de memoria y reconocimiento auditivo.

Es importante adaptar estas estrategias y recursos según las necesidades específicas de cada persona con baja visión, ya que cada caso puede ser único. También es recomendable contar con la orientación y apoyo de profesionales en rehabilitación visual y oftalmología.

Conclusión

La baja visión es una condición que puede afectar a tu visión y a tu vida, pero que no tiene por qué impedirte ser feliz y hacer lo que te propongas. Con el tratamiento adecuado, la rehabilitación visual, el apoyo de tu entorno y tu propia voluntad, puedes manejar la baja visión y adaptarte a tu nueva realidad, aprovechando su resto visual y tus otros recursos, y desarrollando tu potencial personal, profesional y social.

Recuerda que no estás solo, que hay muchas personas que te pueden ayudar, y que hay muchas formas de ver y de vivir.

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